El reguetón y la bachata deleitaron a más de 30 mil personas
Autor: Marcelo Montoya Acevedo
Fotos: Santiago Saldarriaga
No importó el agua ni la espera. El concierto de Aventura y Daddy Yankee valió la pena. El reguetón y la bachata hicieron estallar de histeria a los más de 30 mil asistentes al Estadio Atanasio Girardot.
El primero en aparecer en escena fue el boricua, Daddy Yankee, el popular Jefe del Reguetón surgió en el escenario desde las profundidades. Su pequeña figura se elevó en un ascensor que lo alzó más de un metro de la tarima, montado allí, y con un guante negro en su mano derecha, el Daddy – quien nunca abandona sus gafas oscuras – le dio rienda suelta a su sandungueo con Somos de calle a las 10 y 42 de la noche. Instante en el cual la candela, las luces robóticas y los juegos pirotécnicos se apoderaron del escenario.
Cuando el Jefe del Reguetón empezó su cátedra de buen talento boricua, el estadio estalló de emoción y el público sintió que valió la pena las largas filas y la interminable espera, para que el máximo exponente del reguetón a nivel mundial hiciera su aparición magistral con un espectáculo soñado por cualquier artista. El humo que emergió por toda la tarima fue el artífice para que la presentación de Daddy Yankee fuera tan real y tan elaborada como sus extraordinarios videos. Sus bailarines, sus coristas, sus músicos y él, lograron contagiar a los asistentes de la energía más pura del reguetón, un ritmo que invadió a Medellín y que contagió a todo Colombia, y que sin lugar a dudas tiene en este hombre un gran ejemplo.
Si bien el show del Jefe del Reguetón fue corto, sus canciones deleitaron al público y más de uno quedó tranquilo con su presentación, aunque no satisfechos. Los seguidores quisieron que la energía de Daddy Yankee fuera eterna, pero a él sólo le alcanzó para 1 hora y 20 minutos. Tiempo en el cual de su voz salieron temas como Rompe, Échale pique, Machucando, La cuarentona y Llamado de emergencia, con esta canción se despidió y desapareció en medio de sus músicos, sin embargo el público era consciente que aún faltaban temas y no se podía marchar. Por eso fue que él mismo dijo ‘creyeron que me iba a ir sin ésta’ y de inmediato sonó la popular Gasolina que el público cantó sin parar, a esa le siguió Salgo pa’ la calle y El ritmo no perdona de su nuevo trabajo Daddy Yankee mundial, con esta canción y con la pirotecnia se apagó el reguetón en el Atanasio Girardot a las 12:04 de la madrugada. Así se despidió el Jefe del Reguetón.
Después de Daddy Yankee la espera por Aventura y toda su bachata fue de 1 hora y 16 minutos. La presentación de los dominicanos fue excepcional, una especie de documental contando la historia del grupo apareció en las cinco pantallas ubicadas en el escenario, además del tablero del estadio.
Luego de que los más de 30 mil seguidores escucharan la narración, fueron apareciendo los guitarritas y el corista del grupo, es decir que Max, Lenny y Henrry, saludaron a Medellín y esperaron que en la tarima apareciera Anthony o Romeo, quien bajó por las escaleras en medio del humo cantando Por un segundo, en ese momento el reloj de todos marcaba la 1 y 20 de la madrugada y las luces y los juegos pirotécnicos le dieron la bienvenida a la bachata y a sus reyes a Medellín.
Más de una mujer en el público no lo podía creer, en frente, muy cerca, en pleno Medellín y en el marco de la Feria de las Flores estaba Aventura y su vocalista Romeo, lleno de sensualidad y erotismo para que las mujeres se siguieran enamorando de la bachata, de los movimientos de Anthony y de su voz.
Por fin Aventura no deleitaría a 300 personas sino a más de 30 mil, quienes soportaron la tenue lluvia, pero todo con la fiel esperanza de que sus canciones llegaran al corazón, y de eso no quedó la menor duda, del estadio todos salieron felices y satisfechos con la excelente presentación de los dominicanos, que incluyo la pirotecnia en la guitarra de Lenny, quienes además complacieron a sus seguidores con temas como Angelito, Los infieles, Obsesión, La boda, Enséñame a olvidar, Romeo y Julieta, Mi hermanita, No, no, no; Noche de sexo, Princesita, fue tanta la complacencia de Aventura que tuvo tiempo para regalar mil dólares a alguien del público que se atrevió a cantar junto a Romeo el tema Ella y yo. Luego de varios intentos y de que muchos hombres se dieran su pantallazo en pleno escenario junto al grupo, un joven de escasos 15 años se llevó el dinero al cantar, con un poco de ayuda, el tema que hicieron tan famoso Anthony y Don Omar.
Al show de Aventura le quedaba poco tiempo y pocas canciones, el fin de la bachata en Medellín se venía llegar y las mujeres seguían más enamoradas de Romeo y de sus parejas. Así lo dejó ver una chica que estaba junto a mí, quien suspiraba por la sensualidad de Anthony y de inmediato besaba a su novio y le decía en voz baja que lo amaba.
Aventura empezó a buscar la forma de despedirse de los paisas y lo hizo con temas como El beso y Quisiera amarla, con ese par de canciones Romeo se despidió de su público, y la música y la luz del escenario vieron su fin, pero nadie quería salir del estadio, Aventura todavía le debía un tema a sus seguidores, por eso uno a uno volvieron al escenario Max, Lenny y Henry para esperar de nuevo la presencia de Romeo, quien lleno de amor le regaló al público Mi corazoncito, pero no sólo con la canción, sino también con un gigantesco corazón iluminado que se descolgó lentamente del techo del escenario. Ese fue el verdadero fin de la bachata, a las 3 y 14 de la madrugada Los Reyes dijeron adiós.
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