lunes, 6 de julio de 2009

11 y 12 y la vitalidad de Chespirito


Los aplausos fueron el mejor regalo para Roberto Gómez Bolaños

Autor: Marcelo Montoya Acevedo
Fotos: Cortesía


Con ovaciones y unos tres minutos de aplausos el público de Medellín recibió a Roberto Gómez Bolaños, su esposa Florinda Meza, Juan Antonio Edwards, Óscar Bonfiglio y Moisés Suárez en la presentación de su obra 11 y 12.
El sueño se hizo realidad, la ilusión de ver de cerca y casi que abrazar a Chespirito se cumplió para muchos. Tantos años viéndolo en la televisión, tantas risas y tantos chistes flojos por cuenta de don Roberto Gómez Bolaños hacen que este hombre sea imposible de olvidar. Y eso se le demostró durante las funciones de su magnifica obra de teatro 11 y 12.
Dos horas de risas, de aplausos, de una charla amena sirvieron para que el público siguiera alabando la vitalidad de Chespirito, ese hombre que no le tiene miedo a la edad ni al trabajo, y que por el contrario cada día le dan más ganas de trabajar y de seguir robando risas a grandes y chicos, por eso él en compañía de su equipo de trabajo demostró que el teatro y su obra permanecerán vigentes por mucho tiempo.
Y nosotros le demostramos que lo seguimos queriendo como desde la primera vez cuando prendimos nuestros televisores y nos encontramos con su imagen de niño bueno en El Chavo, o descubrimos a ese viejito cascarrabias en el Doctor Chapatín y nos dejamos llevar por las investigaciones de Vicente Chambón, ese periodista que se creía detective o por la humildad de ese caquito regenerado envuelto en el personaje del Chompiras y las aventuras del Cahpulín Colorado convertido en héroe, y las locuras inimaginables de Chaparrón Bonaparte. Todos esos personajes nos robaron una risa, todos esos personajes se quedaron en nuestra mente.
Una mente que desde ya guarda también a Eloy Madrazo, el camionero que enredó y desenredó su vida en un accidente de tránsito y que no por eso se escondió. Eloyito como cariñosamente lo llama su mujer descubrió en los números la forma más decente de no pronunciar palabras que para él serían indecentes.
Eloy Madrazo o Roberto Gómez Bolaños lució natural, descomplicado y comprometido con su libreto, con el mismo que se aprendió hace 17 años y que por su pureza ha podido exhibir en todo el continente. Él junto a Florinda Meza o junto a Cristina hicieron que 11 y 12 fuera una realidad para Medellín y Colombia. Por eso el público del Teatro de la Universidad de Medellín se fue satisfecho y ellos dos y los demás personajes se dejaron seducir, porque en esta tierra el cariño que se siente por Roberto Gómez Bolaños o Chespirito es inmenso. Y jamás se podrá olvidar al creador de tantos personajes, que a sus 80 años sigue siendo grande de corazón y pequeño como un niño que empieza a jugar.
Al final sobraron los aplausos y los flash de las cámaras, al final Chespirito o Eloy Madrazo tuvo ganas de llorar y de abrazar a todos, pero era imposible, el teatro estaba casi lleno. Las fuerzas le alcanzaron para despedirse y dibujar un corazón con sus manos para regalárnoslo a todos.

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