jueves, 22 de octubre de 2009

La esencia de un samario


Carlos Vives anda de gira promocional por Colombia con sus clásicos

Autor: Marcelo Montoya Acevedo
Fotos: Ángela Zapata

Como si estuviéramos en la sala de su casa, como hablando con sus más íntimos amigos, así fue la entrevista de una hora y diez minutos con Carlos Vives, en la habitación de un hotel de Medellín.

La charla fue tan amena que en más de 60 minutos nunca encontramos un solo hilo conductor de la conversación. Con este samario lleno de raíces paisas, es difícil encontrar un punto de equilibrio o un diálogo completo; como un pájaro en las flores, pica lo que encuentre, y en la entrevista, temas fueron los que sobraron. Desde las parrandas en su casa del barrio El Prado, en Santa Marta, detrás de la clínica de la Compañía Frutera, hasta su condición de músico apartado de las disqueras.

Carlos Alberto Vives Restrepo es un samario que lleva a Colombia en su corazón, esa fue la impresión que dejó durante toda la entrevista, más larga que de costumbre y con más risas que un festival del humor. La pasión de este hombre que abrió los caminos a los músicos colombianos en el extranjero, por su tierra, es tranquilamente como él lo asegura “comparada con la de Juanes”.

“Todavía no entiendo por qué nos tenemos que ir de nuestro país pensando que aquí no se triunfa, eso es falso, en Colombia se triunfa más que afuera, y la riqueza musical que tenemos en el país es envidiada por cualquiera”, asegura Carlos Vives quien anda de gira por Colombia presentando su nuevo álbum “Clásicos de la provincia II”.

Mucha música
Muchos lo han criticado, él no se aflige y sigue trabajando por sentirse feliz con lo que hace, y los clásicos y el legado de los juglares vallenatos es lo que lo llena de felicidad, por eso decidió no renunciar a su provincia, y aún después de 15 años de haber presentado los primeros clásicos, el señor Vives, el hijo de Luis Aurelio Vives y Aracelly Restrepo, decidió de nuevo volver a la aventura y al placer que le produce no renunciar a sus raíces caribeñas. Por eso en compañía de almacenes Exito y sin tener que pelear con disqueras, Vives le dio vida, con dificultad a “Clásicos de la provincia II”, un álbum con 15 temas de compositores tan grandes y olvidados del folclor vallenato.

Es tanto el amor de Carlos Vives por su legado histórico musical que regresar a su carrera con una nueva producción, le significó varios dolores de cabeza. Él asegura que no fue fácil escoger los 15 temas. “Mientras montaba unos por este lado, por el otro se me caían. Entonces recogía unos, devolvía otros y los mezclaba, y sacaba y ponía. Eso fue una completa locura que hoy está prensada”, cuenta lleno de emoción uno de los hombres que impuso la moda de los pantalones cortos, las sandalias, las gafas y las pañoletas.
“A donde uno vaya hay música. No es sino hacer un recorrido por La Guajira, César, Magdalena, Córdoba...”, añade Carlos Vives, el hombre que no para de conversar y que según él habla más que un niño desaparecido cuando lo encuentran, aunque a veces se queda analizando lo que va a responder y un silencio envuelve su mundo.


Creyendo en lo nuestro
Así es Carlos Alberto Vives Restrepo, el costeño que se enamoró de Colombia y que le agradece a la vida que lo haya puesto en esta tierra. Que le agradece que el país esté lleno de folclor y que ruega siempre para que los nuevos artistas encuentren las oportunidades de triunfar aquí y no en el extranjero. “A mí alguna vez me dijeron que si yo me metía con eso no iba a utilizar el pasaporte, recibí eso tan normal, que la vida me premió y no me demoré en estar lleno de visas de diferentes países”, recuerda este samario, hincha del Unión Magdalena, que no juega bien al fútbol y que tiene como amigo entrañable a Juanes, con quien comparte tantos gustos musicales y a quien admira por hacer cada día patria. “Así somos nosotros, nos gusta tener presente lo nuestro, no abandonar y no pensar que lo bueno únicamente viene de afuera, lo bueno lo tenemos nosotros, por eso Juanes hace rock paisa y no argentino, y por eso yo en mi vallenato encuentro el rock y no salgo a buscarlo a otros países”.

Esa es la esencia de este samario con el “75%” de su vida antioqueña. De un hombre que no piensa renunciar nunca a la herencia de sus juglares, que no quiere olvidarse jamás de su música, que no quiere pelear jamás con disqueras, que sueña cada día con el triunfo de los nuevos artistas, que no desea dejar nunca de reír, que anhela cantar mucho tiempo, que está ansioso por volver a todos los rincones de Colombia con sus clásicos y su rock y que espera como la primera vez hacer que los Clásicos de la provincia se multipliquen con todas las composiciones de los juglares del caribe colombiano.

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