sábado, 24 de octubre de 2009

Varela y la magia de sus composiciones


El fundador del Grupo Niche celebró 30 años de carrera con mucho sacrificio

Autor: Marcelo Montoya Acevedo
Fotos: Luis Echeverri Urrea

Fueron muchas las vicisitudes por las que tuvo que pasar Jairo Varela para lograr lo que hasta ahora ha conseguido en la música. Por eso todo su esfuerzo es considerado como un tesoro demasiado valioso.

Jairo Varela Martínez nació un 9 de diciembre de 1949 en Quibdó, Chocó, pero sin pensarlo terminó siendo un hombre del Valle. Circunstancias que le tenía preparada la vida a este maestro salsero.
Hablar de Jairo Varela es adentrarse en terrenos bastante interesantes del folclor del pacífico. Este hombre, hijo de un comerciante antioqueño (Pedro Antonio Varela Restrepo) y una escritora y poetisa chocoana (Teresa de Jesús Martínez Arce) se encontró muy temprano con los ritmos en el barrio Roma de su natal Quibdó. Allí dio sus primeros pasos en compañía de la agrupación “La Timba”, una mezcla de dulzaina, bongó, maracas y güiro, con ellos empezó la exploración del nieto de Eladio Martínez Vélez, considerado por los historiadores como uno de los primeros industriales de raza negra en Colombia.
Fueron varios los años de su vida los que Varela permaneció a orillas del río Atrato en ese departamento donde la naturaleza converge con todo, en ese pueblo lleno de negros y de gente luchadora, en ese pueblo que en Colombia y en el mundo se conoce como Chocó. Allí transcurrió la vida de Varela por más de 20 años, pero su destino apenas comenzaba, pues de los ritmos del pacífico pasaría a los ruidos de la capital. Bogotá sería su segunda escala.

Nace la salsa de Niche
“La salsa es lo que yo siento. Afortunadamente de la zona donde vengo hay mucha tela que cortar, gracias a Dios tengo la vena”, cuenta Jairo Varela, el hombre que formó una agrupación en el frío bogotano en 1979, pero que confiesa que si cuenta todos los problemas por los que pasó “nadie me creería”. Niche aunque nació en Bogota, no continuó su vida allí. Jairo asegura que no encontró nunca el apoyo emocional, ni las fuerzas que lo catapultaran, ni escuchó nunca una voz que le dijera a él y a sus compañeros “ustedes son los propios”.
Por eso se marcharon, no aguantaron más burlas del frío capitalino, el del clima y el de su gente. Decidieron anclar en otra parte creyendo en su talento, y despacio, sin creerse más que nadie este hombre ha conseguido cosas muy importantes para la historia musical colombiana.
Historia que se trajo alguna vez del litoral pacífico, de donde arrancó sus ritmos, ritmos que no dejó anclados en la capital, y lo más coincidencial, fue que al pacífico volvieron, y de allí nunca, en 30 años, se han marchado. Cali ahora es su casa, desde las planicies llenas de caña de azúcar, el fundador del Grupo Niche ha exportado el talento de 97 músicos.
Este hombre, ad portas de cumplir 60 años, entiende que la música la hace el pueblo, las culturas, las costumbres, por eso él ha hecho su música sin encargos, sino porque la tierra que sortea todos los días se la ha mostrado, así hizo “Listo Medellín” en la década de los 80, “la hice porque la sentí, como hice “Me sabe a Perú”, “México México” y tantas otras que se me han cruzado en el camino”. Él sostiene que toda esa música, toda esa salsa, ese currulao, se lo ha dictado el corazón.

Pautas de buena música
Con ese mismo sentido, de que las canciones no las dicta nadie, ni las encarga nadie, Jairo Varela sostiene que no enseña salsa, ni lo ha intentado, simplemente asegura que ha puesto pautas a consideración, “nosotros no hemos enseñado, hemos mostrado una manera de hacer música, buena, mala, regular, pésima, no sé, creo que tiene un reconocimiento porque se ha hecho sobre bases sólidas”, recalca este artista que disfruta cada actuación de su grupo y que cada día se encarga de aprender más, de conocer más y, desde luego, de seguir componiendo más.
“Aquí en Colombia hay mucho talento, talento que no ha tenido la oportunidad de ser escuchado, hay que ser insistente. Esto es una competencia constante”, añade el hombre que le encontró la clave al Grupo Niche y que vive agradecido con Dios por los momentos inolvidables que ha vivido dentro de la música, presentaciones que se quedan como marcas: 25 veces en el Madison Square Garden, El Zócalo, Festival de Los Ángeles y Chicago, fiestas de independencia y muchas otras que se quedan sin mencionar. Todas esas marcas se unen a una situación amarga. Varela recuerda su paso por la prisión, pero también recuerda que después de un largo tiempo no ha conocido la razón por la cuál fue a parar allí, sin embargo eso no lo amilana, porque este chocoano, este hijo adoptivo de Cali, sigue con su frente muy en alto, componiendo, viajando y entregando a sus seguidores lo mejor de sus 60 años de vida y lo más exitoso en los 30 del Grupo Niche.

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